Hice un experimento estúpido. Leí en un blog una reseña sobre una novela llamada Sukkwan Island y me hizo gracia que se insistiera tanto en su repercusión internacional y que yo jamás hubiese oído hablar de un tal David Vann. Al parecer, todos hablan de la novela de moda y yo sin enterarme. Entonces, quise aprovechar que aún no me había enterado de nada para leerla a pelo, sin el pack mediático que supuestamente la acompaña. La leí por eso y porque la portada era bonita. Hice un experimento estúpido. Leí la novela sin pensármelo dos veces para estar a la última.
Ahora estoy a la última. Ya puedo hablar de la novela de moda. ¿Y qué hago ahora? Quisiera volverme telegráfico. Elucubrar tweets sobre esta novela como si me hubiera dado una suerte de hipo y que todo acabe desmenuzándose y quedando en nada. Me parece bien. Voy a desintegrarme en Twitter para que todo esto se evapore.
http://twitter.com/#!/danielespinar/status/41580377114025984
http://twitter.com/#!/danielespinar/status/41581105245069312
http://twitter.com/#!/danielespinar/status/41581343213223937
http://twitter.com/#!/danielespinar/status/41581431721431040
http://twitter.com/#!/danielespinar/status/41581571584704512
http://twitter.com/#!/danielespinar/status/41581727147241472
http://twitter.com/#!/danielespinar/status/41581911436558336
http://twitter.com/#!/danielespinar/status/41582679145201665
http://twitter.com/#!/danielespinar/status/41583230327066624
http://twitter.com/#!/danielespinar/status/41583388041293824
Eso es todo.